No soy equidistante

He aprendido en mi trabajo que no se puede ser equidistante. Que no quiero ser equidistante.

(Llevo 10 años trabajando en intervención social en el ámbito del empleo)

Hay que tomar partido.

Siempre del lado de las persona vulnerables.

En algún otro post hablaba de la necesidad de ser una ciudadana responsable. Bajo mi punto de vista, eso significa que hay tomar partido.

No se puede revisar el Cv de una persona y echarle una bronca porque no tenga la información completa.

No se puede negociar un contrato con una empresa, que sea abusivo y seguir trabajando con ellos.

No se puede culpar a una persona de haber desarrollado o no, determinada competencia.

No se puede dar la razón a los servicios públicos, si los servicios públicos han fallado. (Aunque siempre defenderé su existencia y necesidad)

No se puede culpar a una madre por rechazar un trabajo, aunque necesite empleo, cuando ese trabajo implica no poder cuidar de sus hijos.

No se pueden obviar los datos. Las mujeres tienen siempre peores condiciones.

No se puede decir que la gente no quiere trabajar.

No se puede defender el empleo precario si tú no lo cogerías.

Así que hay que tomar partido. Hay que defender los intereses de todas, incluso cuando ese «todas» a veces no sabe bien cuáles son sus intereses.

En la intervención social y en la vida no podemos ser equidistantes.

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