Parece que la psicología está de moda.
Diría que en la intervención social hay algo que se le parece a la psicología, pero que no lo es, y eso está de moda.
Se habla de emociones, de inteligencia emocional, de autoconcepto, de autoestima, de empoderamiento, de vulnerabilidades, de competencias… Pero poca psicología científica.
Empiezo a dudar de esa necesidad que hemos tenido de poner al «usuario en el centro». Porque, por momentos, nos hemos olvidado de poner el contexto (de ese usuario) en el centro.
Es muy importante que sepas esto: nadie es pobre porque quiere.
Voy a volver a escribirlo: Nadie es pobre porque quiere.
Las vulnerabilidades se producen por múltiples factores. Muchos. La interseccionalidad es un marco que dibuja muchas realidades que influyen en muchas vidas.
Tengo miedo de que no se me haya entendido: Nadie quiere ser pobre.
Esto también incluye el tema de las ayudas. Nadie quiere vivir de ayudas. Eso sí: Todas queremos vivir dignamente. Eso implica que, en ocasiones, para poder vivir dignamente necesitemos de un apoyo económico del estado. Poder solicitar este apoyo de la manera más digna posible, es urgente.
¿Sabes eso del Ingreso Mínimo Vital? Es importante que sepas que hay familias/personas que han necesitado de este ingreso y que no lo han pedido.
¿Sabes cuál es una de las barreras principales? Saberse pobres. Es decir, conceptualizarse como una persona pobre.
Y a las personas con suerte en la vida, a veces se nos olvida, que hay muy poquito que nos separe de la pobreza. Muy poquito.
Me he enrollado.
¿Qué puede hacer la psicología por la intervención social?
Convertirse en una herramienta real desde la evidencia científica y analizar los problemas desde un prisma más realista que ayude verdaderamente a dotar de herramientas a las personas para que puedan cambiar su contexto.
¿Sabes qué otra cosa es imprescindible para las personas?
Una renta básica universal garantizada.
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